
Vivimos en un mundo globalizado afortunada o desafortunadamente, pues, como todo, tiene sus ventajas y desventajas. Una de las ventajas más enriquecedoras es la posibilidad de entablar relaciones con el otro/ la otra/ lx otrx (1), lo diferente, lo diverso.
La empatía es uno de los elementos fundamentales de la inteligencia emocional, definida ésta principalmente por Daniel Goleman (1995), pero abordada también por autores como Howard Gardner y sus inteligencias múltiples (1983), entre las que destacamos la interpersonal y la intrapersonal (UNIR, 2019).
Conocer al otro nos permite conocernos a nosotros mismos.
Pero, ¿qué es la empatía? Bueno, “es la capacidad de comprender los sentimientos y emociones de los demás, basada en el reconocimiento del otro como similar” (López, Filippetti y Richaud, 2014, p. 28). Comúnmente se dice que hay que «ponerse en los zapatos del otro», pero si somos honestxs, esto es imposible. De ninguna manera se puede equiparar nuestra experiencia de vida con la de otrxs, por más parecidas que sean. Entonces, ¿de qué hablamos cuando hablamos de empatía? Como bien señalan lxs autores, reconocer al otro como mi igual; un poco como el In lak'ech, Hala ken que es adjudicado a lxs mayas (aunque realmente, como señala Monroy (s/f), es probablemente una frase creada por gente que no era maya): ““yo soy tú, como tú eres yo” o “yo soy otro tú, como tú eres otro yo”” (Monroy, s/f) (2).
Resulta importante hablar de empatía porque en los espacios de trabajo podemos encontrarnos de todo, a todxs y con todxs. La diversidad enriquece, pero hay que saber cómo manejar las relaciones que surgen de y para ella pues, desafortunadamente, pueden dar lugar a conflictos que pueden escalar al punto de atentar contra la seguridad, integridad o la vida de otrxs.
La diversidad puede darse por una infinidad de motivos: raza, orientación sexual, identidad de género, sexo, etnia, discapacidad, neurodivergencias, lengua, edad y un largo etcétera. Es posible que, desde una postura cómoda, se diga que unx «respeta a todxs», mas dicha afirmación es cuestionable.
Tú, lector, lectora, lectorx: ¿te sentarías a comer con una persona homosexual? ¿Con unx migrante? ¿Unx refugiadx? ¿Una persona que vive con VIH/SIDA? ¿Una mujer? ¿Un hombre trans? ¿Unx adultx mayor? ¿Unx adolescente? ¿Alguien de un pueblo originario? ¿Unx autista? ¿Alguien sin extremidades? ¿Una persona sordomuda?
¿Les darías un abrazo?
¿Tendrías algún inconveniente en trabajar con ellxs?
¿Te sentirías cómodx?
La cosa cambia. Tal vez más de una persona diga que sí a todo y no tenga problema en relacionarse con otrxs diferentes a sí mismx… mas habrá quien ponga un «pero»: «pero que no intente ligarme», «pero que hable bien español», «pero que se me acerque para que no me contagie», «pero que se adapte a mí/a la empresa», «pero que no manifieste abiertamente su orientación sexual o identidad de género», «pero que no use el mismo baño que yo»…
¿Cuántas de esas frases has escuchado?
¿Cuántas has dicho o pensado tú?
El acoso laboral existe y, como en otros ámbitos, puede poner en riesgo a las personas afectadas al punto de hacer peligrar sus vidas; sí, así de radical.
De acuerdo con Lugo Garfias (2017) vía un documento de la CNDH,
La disciplina jurídica ofrece su definición del acoso laboral a través de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como: “la acción verbal o psicológica de índole sistemática, repetida o persistente por la que, en el lugar de trabajo o en conexión con el trabajo, una persona o un grupo de personas hiere a una víctima, la humilla, ofende o amedrenta”, en su material Promover la igualdad entre mujeres y hombres en el trabajo: Una cuestión de principios.
¿Crees que está lejos de ti? Miremos unos cuantos números.
Alina Hernández, directora senior de Comunicaciones de PepsiCo Latam, refiere que en México solo 5% de las personas transgénero ejercen una profesión y que la población trans tiene una tasa de desempleo del 90%. (Malacara, 2021).
En México, sólo el 39.1 por ciento de las personas con discapacidad tienen empleo y ganan 33.5 por ciento menos que el resto, denunció la organización Impunidad Cero.
Durante la presentación de la investigación El derecho al trabajo de las personas con discapacidad, elemento necesario para su efectiva inclusión social, la investigadora Mariana Díaz Figueroa, reveló que, según datos del Inegi, cerca de 7.1 millones de personas en México (el 6 por ciento de la población) se enfrentan a una discapacidad. (Redacción AN/IR, 2018).
De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2018, en el país residen casi 15 millones de personas mayores de 60 años, el 12% de la población total. Apenas 40% de los hombres tiene una pensión, pero en el caso de las mujeres el porcentaje es de sólo 20, según la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro.
Sin embargo, a pesar de tener pensión, muchos tienen que seguir trabajando. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indica que 34% de quienes tienen más de 60 lo hacen. El 53% de quienes aún trabajan gana entre uno y dos salarios mínimos, es decir, entre 3,000 y 6,000 pesos mensuales.
Los trabajos en los que los contratan, generalmente están en el último lugar del organigrama. De acuerdo con el Inegi, 21% se dedica a actividades elementales o de apoyo y apenas 2.8% tiene un cargo de jefatura o son funcionarios en la administración pública.
Un gran problema para su inclusión laboral es “la percepción negativa de esa población”, apunta Iliana Mendoza Bello, directora de Programas Estatales del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam). La idea generalizada es que son frágiles y tienen pocas habilidades de adaptación y de aprendizaje, añade. (Redacción, 2019).
Y podría seguir si colocara las estadísticas de personas de pueblos originarios, migrantes, mujeres, otros miembros de la comunidad LGBTTTIQA+, lxs refugiadxs...
Entonces, ¿qué hacer? Es importante fomentar la empatía a partir de varios puntos:
Todxs tenemos el mismo valor y podemos aportar elementos valiosos al centro de trabajo.
Captar, impedir y sancionar los casos de acoso laboral, sea físico, verbal, psicológico, sexual o económico, entre otros.
Impartir cursos de sensibilización y ofrecer estadísticas y casos reales y actuales. Muchas veces sólo hasta conocer los números tan cercanos reaccionamos ante la realidad caótica.
Impartir cursos sobre el trabajo en equipo, el reconocimiento del otro y el entorno. La improvisación teatral básica puede servir.
Por motivos de extensión de este trabajo de momento lo dejaré aquí, pero es posible que haga una segunda parte. Me interesó el tema no sólo porque me hallo en varios de los grupos vulnerables, sino también porque el día —si puedo— que tenga una empresa, fundación, local, algo; será un tema que deberé tratar.
Gracias por pasar y leer.
Jos
(1) Por mera comodidad emplearé, por esta vez, el masculino al referirme a lx otrx. Como he puesto en otras entradas, sigo aprendiendo sobre el lenguaje inclusivo y este es uno de esos casos en que no estoy segura de cómo manejarlo.
(2) No sé cómo poner las comillas simples en este teclado, pero ya lo averiguaré.
Bibliografía
CIDAC. (2014). Encuesta Nacional de Competencias Profesionales 2014 (ENCOP). Cidac.org. Recuperado de: http://cidac.org/encuesta-de-competencias-profesionales-2014-2/ PDF.
Goleman, D. (1995). La inteligencia emocional. Kairós. Recuperado de http://www.cutonala.udg.mx/sites/default/files/adjuntos/inteligencia_emocional_daniel_goleman.pdf PDF.
López, M. B., Filippetti, V. A. & Richaud, M. C. (2014). “Empatía: desde la percepción automática hasta los procesos controlados”. Avances en Psicología Latinoamericana, vol. 32(1), pp. 37-51. doi: dx.doi.org/10.12804/apl32.1.2014.03 . Recuperado de http://www.scielo.org.co/pdf/apl/v32n1/v32n1a04.pdf PDF.
Lugo Garfias, M. E. (2017). “Acoso laboral “Mobbing””. CNDH. Recuperado de: http://appweb.cndh.org.mx/biblioteca/archivos/pdfs/Acoso-Laboral-Mobbing.pdf PDF.
Malacara, N. (2021). “Las personas transgénero tienen una tasa de desempleo del 90% en México”. Expansión. Recuperado de: https://expansion.mx/carrera/2021/06/22/personas-transgenero-tasa-desempleo-mexico
Monroy, A. (s/f). “In lak'ech”. Camino Ligero. Excelsior. Recuperado de: https://www.excelsior.com.mx/blog/camino-ligero/lakech/1258541
Ramos, J. A. (2012). “Cuando se habla de diversidad ¿de qué se habla? Una respuesta desde el sistema educativo”. Revista Interamericana de Educación de Adultos. Año 34 (1). Recuperado de: https://www.crefal.org/rieda/images/rieda-2012-1/contrapunto2.pdf PDF.
Redacción. (2019). “Panorama laboral de los adultos mayores”. idc online. Recuperado de: https://idconline.mx/laboral/2019/10/14/panorama-laboral-de-los-adultos-mayores
Redacción AN/IR. (2018). “Sólo 39% de las personas con discapacidad tienen empleo; ganan 33.5% menos”. Aristegui Noticias. Recuperado de: https://aristeguinoticias.com/0703/mexico/solo-39-de-las-personas-con-discapacidad-tienen-empleo-ganan-33-5-menos-impunidad-cero/
UNIR. (2019). “Howard Gardner y las inteligencias múltiples: de la inteligencia a las inteligencias y la creatividad”. Recuperado de: https://mexico.unir.net/educacion/noticias/howard-gardner-inteligencias-multiples-creatividad/#:~:text=Las%20inteligencias%20m%C3%BAltiples%2C%20propuestas%20por,teor%C3%ADa%20de%20las%20inteligencias%20m%C3%BAltiples.
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