Créditos a quien correspondan
Desde el 2004 se conmemora este día para crear consciencia sobre el dolor crónico y sus efectos en distintos aspectos de la vida. Es una iniciativa conjunta de la OMS y la IASP (International Association for the Study of Pain/Asociación Internacional para el Estudio del Dolor).
De acuerdo con esta última, tenemos que la definición de dolor es: "una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con daño real o potencial de los tejidos" (1994). Nos dice la asociación además que:
El dolor es siempre una experiencia personal que es influenciada por varios factores como biológicos, psicológicos y sociales.
A través de sus experiencias, los individuos aprenden el concepto de dolor.
Las ideas de una persona acerca del dolor deben ser respetadas.
Aunque el dolor usualmente sirve como medio adaptativo, puede tener efectos adversos en las funciones sociales y psicológicas de estar bien.
La descripción verbal es solo uno de los comportamientos para expresar dolor; la inhabilidad para comunicarlo no niega la posibilidad de que un ser humano u otro animal sufra dolor.
Este año se conmemora también, o se busca y trabaja sobre la prevención del dolor (2020 Global Year for the Prevention of Pain). Otros años los objetivos han sido el dolor en los más vulnerables, educación sobre el dolor, distintos tipos de éste y el derecho a no vivir con dolor.
Ya de forma personal, puedo decirles algunas cosas más. El dolor es subjetivo. No hay forma real cuantitativa de medirlo; si bien se usa la escala "del 1 al 10", esta es también subjetiva. Como mencionaba antes, uno aprende qué es el dolor, cómo se manifiesta y qué hacer con ello; son elementos que varían de sociedad a sociedad y hay normas implícitas sobre ello (y a veces no tan implícitas).
Se me ocurre el clásico caso de cuando un/a niño/a se cae. La reacción inmediata más común es decir "no te pasó nada", "levántate", "no llores". Ay, cuánto daño nos hace eso y cuánto impacta nuestra vida adulta. Nos enseñan a no llorar, a aguantarnos el dolor, a no ocasionar molestias, que el dolor es normal y hay que sobrellevarlo.
Hace unos días tuve otra crisis, de la cual luego les hablaré. Estando en el hospital le mandé mensajes a mi "doc del dolor" (en realidad es anestesiólogo y de cuidados paliativos) para ver si podíamos hacer algo más para bajar el dolor, que era muy intenso. En la conversación, le pregunté si el dolor que se tiraba hacia las piernas era normal. Su respuesta me dejó pensando: "es lo esperado, pero lo normal es que no tengas dolor".
Y sí. Lo normal sería no tener dolor. Sabemos que distintas enfermedades causas esta condición, y como me decía el doc, es esperado que ocurra, pero no debería ser normal. No deberíamos resignarnos tan fácilmente como pacientes, familiares, médicos, etc. a que no hay nada que hacer y ni modo, te aguantas. Claro, siendo realistas una vida sin dolor físico (del psicológico y emocional luego hablamos) es imposible. Que si dolor de cabeza, que si dolor de estómago, que las reumas... Como decía mi viejo, "el dolor es como un perro fiel que siempre te acompaña".
Pero entonces, ¿qué hacemos?
Resignarnos es lo más fácil e inmediato, pero –de nuevo gracias a mi psiquiatra y terapeuta–, podemos cambiar la forma en que lo pensamos y cómo nos pensamos a nosotros mismos. Es difícil, pero cuando por fin llegué al estado de "yo no soy mi dolor; yo no soy mi enfermedad", sentí que me quitaban un enorme peso de encima. Es algo que está ahí, algo que no quiero, pero tengo varias opciones: tirarme y llorar, sin hacer nada; enfrentarlo; aprender a vivir con él; usarlo para algo... Hace falta que hablemos de dolor, que hablemos sobre el dolor y que nos hablemos sobre el dolor.
Otro punto que me viene a la mente es algo que me decía mi hermana en alguna de las crisis. Yo le repetía que había gente peor que yo, con más dolor, en peores condiciones. Ella me puso a dudar y me enfrentó con una idea: es como los bebés. Cuando algo les duele para nosotros puede ser insignificante, algo que pasará; para ellos es el peor dolor de su vida. Esta perspectiva me ayudó a entender que de nada sirve comparar mi dolor con el de otros; literalmente el dolor que experimento en un momento dado puede ser el más intenso de toda mi vida. Eso nos lleva a que todo dolor es válido. No hay una escala que nos diga cuál importa más, cuál es más grande. (Paréntesis: claro, de manera un poco más objetiva el diferenciar la intensidad de dolor nos ayuda a tener un tratamiento más acertado; no es lo mismo administrar paracetamol que morfina).
Hace falta mucho diálogo sobre este tema. Hace falta que reflexionemos y que desarrollemos nuevas herramientas para hablar de ello, sin miedos, sin prejuicios, sin "¿qué va a pensar el otro?". Si quieres llorar de dolor, llora. Si quieres maldecir, hazlo. Si te preguntas mil veces "¿por qué?", espero que encuentres paz.
A los familiares y amigos: créannos cuando les decimos que duele. No te enojes si cancelamos una reunión o cita, tenemos nuestras razones y a veces por más que queramos, el cuerpo no da para más. No te alejes –si de verdad te importamos–, acércate y haznos saber que contamos contigo. No puedes hacer nada para aliviar el dolor, pero puedes hacer la experiencia menos terrible; es peor si estamos completamente solos. Escúchanos. Ya si puedes rifarte más, acompáñanos a las citas médicas, infórmate sobre lo que tomamos, regálanos un poco de tu tiempo, pregunta tus dudas, ayúdanos a buscar recursos alternos para estar mejor. Dos cabezas piensan mejor que una y lo que no se nos ocurre a nosotros, se te puede ocurrir a ti.
Hoy, en el Día Mundial del Dolor, aún queda mucho por decir.
Te abrazo suavecito.
Puedes consultar más información aquí:
[Nota: sigo aprendiendo cómo se usa la plataforma. (Luego le digo a mis spookys que me echen una mano). Puedes dejar un comentario aquí abajo (lo cual agradezco muchísimo) o mandarme un mensaje en la pestaña de Contacto. Esto último sobre todo si quieres que te responda de forma personal y a la brevedad.]
Sin duda alguna el dolor es muy personal y la intensidad cada quien la vive y la manifiesta de muchas formas, las personas externas e incluso la familia debemos aprender a ser empaticos.
Estoy orgullosa de ti conejo, hay que tener ganas y mucha voluntad para compartir nuestra vida con el dolor.
Te amo bbnejoton
Sin duda alguna el dolor es muy personal y la intensidad cada quien la vive y la manifiesta de muchas formas, las personas externas e incluso la familia debemos aprender a ser empaticos.
Estoy orgullosa de ti conejo, hay que tener ganas y mucha voluntad para compartir nuestra vida con el dolor.
Te amo bbnejoton
Sin duda es muy importante lo que escribes Joss, hay q hablar de dolor y lo subjetivo que es, cada quien tenemos nuestra escala y no cabe un punto de comparación entre la experiencia de una persona y la de otra, sino la de un@ mism@. Que bueno tenerte de regreso. Abrazo ☺️